Artículos periodísticos y de investigación

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7 de marzo de 2009

POR QUÉ ES IMPORTANTE LA FILOSOFÍA?

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA FILOSOFÍA?
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


Sócrates, refiere Cicerón, hizo bajar la filosofía del cielo a la tierra, la transfirió a las ciudades, la introdujo en las casas, la hizo interesarse por el hombre, por la vida del hombre, por las costumbres, usos y tradiciones, por el bien y el mal en el universo, por la reflexión crítica y la solución posible de los problemas del hombre y de la sociedad.

Decía el inmortal filósofo ateniense, Sócrates: “Sé razonable Critón, y no pienses si los maestros de filosofía son buenos o malos; piensa únicamente en la filosofía misma. Procura examinarla bien y sinceramente, y si es mala, procura apartar de ella a todos los hombres; pero si es lo que yo creo, síguela y sírvela y sé animoso”.

No obstante haber transcurrido más de veinticinco siglos desde la fecha de creación del término filosofía sin embargo no deja de formularse las sempiternas preguntas ¿para qué sirve la filosofía? o ¿por qué es importante la filosofía?

La filosofía, ingrediente indesligable de la vida del hombre, reviste extraordinaria importancia en la vida de todo ser humano, profesional, pensador, historiador e investigador científico. Todo hombre filosofa desde que tiene uso de razón cuando trata de encontrar la verdad y de explicarse la esencia de todo cuanto hay en el universo. Si Goethe llegó a decir que “sólo todos los hombres viven lo humano”, nosotros afirmamos categóricamente que “sólo todos los hombres viven la filosofía”.

Veamos lo que nos dicen, al respecto, Jaspers, Pallares, Bochenski y Popper: “Quien rechaza la filosofía, profesa también una filosofía, pero sin ser consciente de ella. No hay manera de escapar a la filosofía” (Karl Jaspers, “La Filosofía”); “Hay desde luego, un hecho incontrovertible: la humanidad no puede vivir sin filosofar” (Eduardo Pallares, “Introducción a la Filosofía ¿Qué es la Filosofía?”); “Por muy raro que parezca, escribe Bochenski, probablemente no hay hombre que no filosofe. O, por lo menos, todo hombre tiene momentos en su vida en que se convierte en filósofo” (“Introducción al pensamiento filosófico”); “Creo que todos los hombres y mujeres son filósofos, aunque unos más que otros” (Karl Popper, “En busca de un mundo mejor”).

La importancia de la filosofía radica en el hecho de que permite al hombre combinar, armonizar e interrelacionar las ideas para formar un sistema de pensamiento positivo y pragmático, a fin de descubrir, encontrar, desentrañar y explicar las causas supremas y los efectos entre las diversas ramas del saber humano.

La filosofía sugiere una forma de vida personal más viable y fructífera que la del irreflexivo hombre común y corriente; permite ensanchar la imaginación creadora y crítica e enriquecer el bagaje cultural y el mundo psíquico para posibilitar la mejor comprensión y transformación de las estructuras socioeconómica, políticas y educativo-culturales del mundo circundante: así mismo, la filosofía nos enseña a compartir los bienes espirituales y morales, más que a conservarlos egoístamente.

La filosofía posibilita el saber acerca de lo existente y la formación de una visión congruente del universo, de una concepción integral del hombre, de la sociedad y la existencia, en sus esencias recónditas, en sus múltiples posibilidades, limitaciones y definiciones.

No menos importante es la filosofía porque permite desarrollar, robustecer y perfeccionar las facultades intelectuales de todo ser humano, sin exclusiones ni exclusivismos, para conducirlo al conocimiento y a la posesión de la verdad, el saber y la cultura.

La filosofía sirve para entender, explicar y esclarecer la naturaleza, la esencia y las condiciones del hombre en cuanto “ser sujeto” y de los objetos del mundo exterior en cuanto “ser objeto”. La filosofía reviste extraordinaria importancia porque es una meditación profunda sobre la vida y la muerte, sobre el destino y el futuro del hombre, sobre los conflictos y problemas humanos que escapan a las demás ciencias particulares.

La incursión del hombre en el campo de la filosofía le permite a éste desarrollar el hábito de reflexión y de crítica, la exactitud de la observación y la necesidad imperiosa e impostergable de continuar en la búsqueda de la esencia de las cosas y de descubrir las relaciones o vínculos de las diferentes ciencias y establecer la jerarquía y la clasificación de las ciencias.

Y no sólo el hombre tiene su propia filosofía. También cada ciencia tiene su propia filosofía en tanto y en cuanto tratan de explicar su razón de ser, su sentido, finalidad y trascendencia. Así decimos filosofía de la ciencia, filosofía de la historia, filosofía de la matemática, filosofía de la química, filosofía de la física, filosofía de la educación, filosofía del derecho, filosofía de las ciencias de la comunicación, entre otros.

Si en algún momento de su vida quisiéramos encontrar y explicar el sentido de nuestra vida en el cosmos; contribuir a integrar coherentemente y dar solidez a los argumentos que elucubramos acerca de la verdad de las cosas y de nuestro obrar, no dejemos de acudir a la maestra del saber: la filosofía.

La filosofía es un instrumento adecuado para comunicarnos verdades de modo racional y con sentido social y ético con todas las personas de nuestro espacio y tiempo histórico y que permite desarrollar una comunicación o un diálogo productivo y provechoso acerca de los grandes temas y problemas de todos los tiempos: la vida, la muerte, el hombre, el mundo, Dios, entre otros.

La filosofía tiene una innegable importancia para el hombre por los beneficios y las bondades que reporta: mejora y perfecciona la capacidad racional del hombre para resolver problemas; ayuda a desarrollar métodos, técnicas e instrumentos adecuados y eficaces de análisis y de investigación; ayuda a comprender y explicar los objetivos y fines de otras ramas del saber; desarrolla la capacidad persuasiva y la habilidad comunicativa; contribuye con el marco conceptual para la justificación de los principios de las Constituciones políticas, de los Códigos y las leyes de las naciones; afina el texto de la axiología humana; asigna al Estado su filosofía política, social, económica, educativa, cultural y ecológica; delimita y precisa con rigor filosófico los deberes y derechos de los ciudadanos.

La filosofía es importante en la vida del hombre porque aparte de desarrollar su facultad racional desarrolla y regula su capacidad imaginativa y creadora, pone a los pensamientos en acción y en permanente renovación para la transformación de la sociedad y del mundo.
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